sábado, 22 de octubre de 2011

Síndrome de Asperger enmascarado bajo síntomas de depresión mayor en adolescentes; descripción de cuatro casos







Aldo J. Barbero. Psicólogo Clínico.
ajbarbero@hotmail.com

Durante un período curiosamente corto he recibido en la consulta, a cuatro púberes y adolescentes (como media 12 años) cuyo motivos de consulta referidos por sus padres eran compatibles con depresión mayor (en uno de los casos asociado a intento suicida). En la primera entrevista con los padres, además del énfasis que éstos hacen en los síntomas del trastorno del humor, dejan muy claramente descritas dificultades a nivel social, aislamiento desde edad muy temprana y dificultad para mantener relaciones con pares, siendo descritos como solitarios y “antisociales”, se añade a esta descripción los términos “obsesivos” y un tanto “excéntricos”.
En las consultas sucesivas con los adolescentes se va haciendo evidente que detrás de los síntomas de entrada, se esconde un Síndrome de Asperger no diagnosticado.
Surgen varias preguntas pertinentes:
1) Razones del retardo diagnóstico de la entidad base.
Las familias argumentan que las dificultades sociales, el aislamiento e incluso las dificultades con la flexibilidad (presencia de temáticas y rituales repetitivos y poco funcionales) fueron siempre adjudicados a “timidez” (existiendo una importante presencia familiar de este rasgo en los padres, sobre todo en padre varones, como es frecuentemente descrito en la literatura del fenotipo ampliado del autismo p.ej. ver en Ghaziuddin, M. A Family History Study of Asperger Syndrome, Journal of Autism and Developmental Disorders, 2005,Volume 35, Number 2, 177-182 o en Piven, J. Broader Autism Phenotype: evidence from a family history study of multiple incidence autism families. 1997, American Journal of Psychiatry, 154, 185-190) por lo que se convierte en un rasgo familiar y genéticamente justificado. Las dificultades con la flexibilidad eran explicadas básicamente por influencia exacerbada de los medios de comunicación y video juegos.
2) Origen de la depresión mayor.
En las entrevistas con los cuatro adolescentes se hace evidente que los síntomas de la depresión mayor se apoyan en:
  1. Percepción exacerbada de su propio déficit social por la entrada a la adolescencia: estos chicos inician una etapa donde el intercambio social y el manejo de habilidades sociales más sofisticadas se hacen sumamente necesarias, percibiendo su obvia dificultad en este sentido se inician sentimientos de tristeza e incapacidad importantes.
  2. Percepción de “ser diferente” : se agudiza en esta etapa percepciones que incluso, según los padres, estaban presentes desde más temprano en el desarrollo de estos chicos, y es la conciencia de “ser diferentes”; en todos estos casos la diferencia es percibida como déficit, como carencia, alguno de los chicos lo expresan sencillamente con frase de sentirse “extraños”, “como extraterrestres”. La percepción de sus diferencias, vale la pena acotar, era bastante adecuada a su realidad, solo poco distorsionada por la propia depresión.
  3. Presión familiar para “comportarse normalmente”: sin excepción todos los chicos expresan una presión familiar para adaptarse y ser más sociables, esta presión es en todos los casos asumida por el chico como una “tarea” a realizar al “estilo asperger” sin las necesaria herramientas básicas, tarea obviamente destinada a fracasar.
Si bien es cierta, reconocida y descrita ampliamente la comorbilidad de los trastornos del humor con el Síndrome de Asperger de (ver por ejemplo el clásico estudio de Ghaziuddin, y cols. 1998, Comorbidity of Asperger Syndrome; a preliminary report, Journal of Intellectual Disability Research, Vol 42 (4), 279-283 o Hurtig T. y cols., Multi-informant reports of psychiatric symptoms among high-functioning adolescents with Asperger syndrome or autism, Autism, Nov.2009 vol. 13 no. 6583-598 o Stewart, M. Presentation of depression in autism and Asperger syndrome. A review. Autism, Jan. 2006 vol. 10 no. 1103-116), es importante ir un poco más allá y notar que la depresión mayor primeramente puede ser el motivo de consulta inicial que enmascare un Síndrome de Asperger y nos permita por lo menos que se produzca un diagnóstico tardío, en segundo lugar que un diagnóstico tardío produce mayor probabilidad de comorbilidad (no solo con depresión en este caso), privando de los apoyos necesarios a la persona con la condición, a su familia y a su entorno cercano (instituciones escolares sobre todo). En tercer lugar pone al descubierto un tema de gran importancia para las personas en las que por su muy alto nivel de funcionamiento producen autopercepción de su condición y esto si no es orientado adecuadamente produce la sintomatología descrita.

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