Diagnóstico Diferencial del Síndrome Autista.
Psicólogo Clínico
Aldo J. Barbero.
ajbarbero@hotmail.com
Se revisarán a continuación los principales
diagnósticos diferenciales a tener en cuenta al realizar un proceso de
diagnóstico del Síndrome Autista.
Con el Síndrome
de Rett:
Según
el DSM-IV (1994) el síndrome de Rett se diferencia del síndrome autista en sus
características proporción sexual y patrón de déficits.
El
síndrome de Rett sólo ha sido diagnosticado en hembras, mientras que el
síndrome Autista ocurre más frecuentemente en varones. En el Síndrome de Rett
existe un patrón característico de desaceleración del crecimiento cefálico, la
pérdida de habilidades manuales voluntarias previamente adquiridas, la
aparición de movimientos poco coordinados a nivel de tronco y marcha.
Particularmente durante el período preescolar, las niñas con Síndrome de Rett
exhiben dificultades en la interacción social como las observadas en el autismo
pero éstas tienden a ser transitorias.
Con el Síndrome
Desintegrativo Infantil (Psicosis Desintegrativa, Síndrome de Heller):
Edad de aparición:
Entre
los 2 y 10 años, pero siempre antes de los 10.
De
aparición más común entre los 3 y 4 años.
Evolución:
Insidiosa
o abrupta.
Regresión
marcada después de los 2 años de desarrollo normal en el lenguaje
expresivo-receptivo, habilidades socio-adaptativas, control de esfínteres,
juego y habilidades motoras.
Según
el DSM-IV (1994) este síndrome muestra un patrón de regresión en el desarrollo
luego de dos años de desarrollo normal. En el autismo las anormalidades en el
desarrollo son habitualmente observadas dentro del período del primer año de
vida.
Usualmente
se acompaña de Retardo Mental Severo.
Usualmente
se llega a una meseta luego de la cual puede surgir una mejoría limitada.
Cuando
no existe información sobre los períodos tempranos del desarrollo o cuando no
es posible probar el período de desarrollo normal requerido se debe hacer el
diagnóstico de Síndrome Autista.
Con el Síndrome
de Asperger:
Edad de aparición:
Aparición
posterior a la del síndrome autista.
No
hay retardo significativo en el lenguaje, desarrollo cognitivo, desarrollo de
habilidades de autoayuda o adaptativas (no en la interacción social).
Según
el DSM-IV, el Síndrome Autista puede ser diferenciado del Síndrome de Asperger
por la falta de desarrollo en el lenguaje, manifestado en el primero.
Con el Trastorno
Profundo del Desarrollo sin Especificación (PDDNOS)/Autismo Atípico:
No
cumple con las características de ningún TPD, ya que presenta una aparición
posterior, sintomatología atípica o subumbral (DSM-IV, 1994).
Según
Sicotte y Stemberger (1999):
1.-
Esta en el borde con el funcionamiento normal, con un deterioro primario de la
reciprocidad social.
2.-
Se usa cuando no se conoce o es inadecuada la información anamésica.
3.-
Se usa cuando existe un autismo de aparición tardía.
4.-
Se usa en cualquier otra situación o diagnóstico donde el déficit primario sea
en la reciprocidad social sin diagnosticar un autismo.
5.-
Tienden a mostrar un mayor nivel de funcionamiento en comparación con los niños
autistas, pero con un nivel de funcionamiento o deterioro global que un niño
con retardo en el lenguaje.
Con el Desorden
por Déficit de Atención c/s Hiperactividad:
No
hay un deterioro cualitativo de la interacción social, comunicación ni patrones
restringidos de intereses o conducta (hay que tener cuidado con la entidad
conocida como Trastorno Hipercinético con retraso mental y movimientos
estereotipados del ICD-10).
No
se diagnostica si los síntomas de inatención e hiperactividad ocurren
exclusivamente durante el curso de un TDP o un desórden psicótico.
Con la Esquizofrenia :
Edad de aparición:
Muy
rara alrededor de los 3 años.
El
lenguaje y el afecto está menos tocado en la esquizofrenia.
La
esquizofrenia se podría eventualmente presentar en los TPD, pero solo se puede
diagnosticar si existen delirios y alucinaciones prominentes durante por lo
menos un mes,
Según
el DSM-IV (1994) la aparición infantil de la esquizofrenia se desarrolla
después de años de desarrollo normal o cercano a la normalidad. Un diagnóstico
adicional de esquizofrenia puede ser hecho si un individuo con Síndrome Autista
desarrolla las características de la esquizofrenia con una fase activa con
síntomas prominentes como delirios y/o alucinaciones que duren por lo menos un
mes.
Con el Mutismo
Selectivo:
Según
el DSM-IV (1994) en esta patología el niño usualmente exhibe habilidades
apropiadas de comunicación en ciertos contextos y no muestran deterioro severo
en la interacción social o patrones restringidos y estereotipados de conducta
como en el autismo.
Con los
Desórdenes del Lenguaje Expresivo y Mixto.
Según
el DSM-IV (1994) existen en ambos un deterioro del lenguaje, pero no existe
asociado un deterioro de la interacción social, ni patrones restringidos y
estereotipados de conducta.
Con el Retardo
Mental:
Según
el DSM-IV (1994) a veces es difícil determinar si se podría colocar un
diagnóstico adicional de Síndrome Autista a un sujeto con Retardo Mental, sobre
todo si este es profundo o severo. Un diagnóstico adicional de autismo se
reserva a aquellas situaciones en las cuales hay un deterioro cualitativo en la
interacción social y en las habilidades de comunicación, así como la presencia
de las conductas características del autismo.
Según
Vig y Jedrysek (1999) la característica más importante para el diagnóstico
diferencial es el deterioro de la interacción social, y en niños mayores de 19
meses de edad mental la ausencia de juego simbólico.
Con el Síndrome X
Frágil:
Este
síndrome será estudiado más a fondo cuando se aborden los aspectos genéticos
del autismo, sin embargo, podemos decir según el Centro de Psiquiatría Genética
(1998), que el síndrome X frágil es una condición genética heredada, producto
de la presencia de una alteración molecular o rotura en los puntos Xq27.3 y
Xq28, la cual se asocia con problemas de conducta y aprendizaje y diversos
grados de retardo mental. Afecta a 1 entre 660 varones y su incidencia es de 1
en 25.000 mujeres. Esta diferencia se debe a que los sujetos masculinos poseen
un solo cromosoma X, en cambio la mujer tiene dos y uno de ellos puede
reemplazar la función del cromosoma alterado.
Características
clínicas que permiten el diagnóstico diferencial:
Presencia
de alteraciones fenotípicas:
· Región frontal algo
protuberante.
· Facie elongada.
· Orejas agrandadas,
frecuentemente con implantación baja.
· Paladar ojival.
· Leve prognatismo.
· Macroorquidismo.
Presencia de
alteraciones conductuales similares al autismo:
· Retraso en la aparición
del lenguaje.
· Patrón de personalidad
pasivo-retraído muy grave, que se manifiesta en la primera infancia y se
caracteriza por mutismo, indiferencia interpersonal y actos repetitivos sin
sentido.
· Pobre contacto ocular.
· Retardo mental (de leve
a profundo).
Presencia
de alteraciones no necesariamente presentes en el autismo:
· Hipotonía, el niño no
tiene la fuerza para mantenerse sentado o para ponerse de pie, otras veces
muestra dificultad para succionar del pecho o tetero.
· Convulsiones (20%).
Es
importante tomar en cuenta que puede existir un autismo que curse además como
co-morbilidad con la presencia de un cromosoma X frágil, nos encontraríamos
entonces con ambos diagnósticos, más que un diagnóstico diferencial es la
determinación de una comorbilidad.
Con Síndrome de
Angelman.
Según
Edelson (1995) tenemos que si bien el síndrome de Angelman no es considerado un
subtipo de autismo, los individuos que lo sufren exhiben variedad de conductas
similares a la patología que aquí nos ocupa, por lo que se hace imprescindible
realizar un diagnóstico diferencial.
Williams
y cols. (1995) describen los síntomas del Angelman según su frecuencia de
aparición y consistencia:
A.
Síntomas Consistentes (100% de aparición):
Similares
al Autismo:
· Retardo en el
desarrollo, funcionalmente severo.
· Impedimentos en el
lenguaje, ningún o mínimo uso de la palabra, habilidades receptivas y
no-verbales más altas que las verbales.
· Movimientos
estereotipados: aleteo de manos.
· Conducta hipermotórica.
· Corto período de
atención.
No
similares al Autismo:
· Desorden de los
movimientos o el balance, usualmente ataxia de la marcha o movimientos
temblorosos de los miembros.
· Conducta única: cualquier
combinación de: sonrisas/risas frecuentes, aspecto aparentemente feliz,
personalidad fácilmente excitable.
B.-
Síntomas Frecuentes (más del 80%):
No
similares al autismo:
· Retardo o desproporción
del crecimiento de la cabeza, usualmente resultando en microcefalia (absoluta o
relativa) para la edad de dos años.
· Convulsiones,
primoconvulsión usual antes de los 2 años.
· EEG anormal, patrones
característicos de punta-ondas de larga amplitud (usualmente entre 2/3 Hz)
facilitadas por la oclusión ocular.
C.-
Síntomas asociados (20-80%):
No
similares al Autismo:
· Occipucio plano.
· Lengua protruida.
· Desordenes de la
masticación y deglución.
· Prognatismo.
· Boca ancha, diastemas.
· Babeo frecuente.
· Estrabismo.
· Piel hipopigmentada,
ojos y cabello de color más claro que el de familiares (observado solo en casos
de delección).
· Hiperreflexia tendinosa
profunda en miembros inferiores.
· Brazos flexionados
especialmente durante la deambulación.
Similares
al Autismo:
· Incremento de la
sensibilidad al calor.
· Disturbios del sueño.
· Atracción y fascinación
con el agua.
Pero
el elemento diagnóstico más fuerte es el genético, estos son encontrados en el
80% de los casos y son:
· Estudios de banda G de
alta resolución mostrando delección de 15q11-13. Ya que este estudios puede resultar
en falsos positivos y negativos se realiza:
· FISH (Abnormal
Fluorescence in situ hybridization) indicando delección de secuencias clonadas
de DNA de 15q11-q13.
· Análisis de
polimorfismo mostrando ausencia de alelos maternos en los locus 15q11-q13.
· Patrón de metilación
característico del DNA.
Otros Síndromes de diagnóstico diferencial con el
Síndrome Autista:
·
Síndrome
de Sotos.
·
Síndrome
de Lesch-Nayhan.
·
Síndrome
Cornelia de Lange.
·
Síndrome
de Williams.
·
Síndrome
de Smith-Lemly-Opitz.
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